jueves, 5 de noviembre de 2020

DERECHOS HUMANOS para Paulo Freire

DERECHOS HUMANOS para Paulo Freire

Si la afirmación de Bobbio (1992) de que la democracia no puede existir sin derechos humanos y los derechos humanos no pueden existir sin democracia, la obra de Freire está llena de la defensa intransigente y radical de los derechos humanos. Los principios fundadores de los derechos humanos contemporáneos —libertad, igualdad y fraternidad— orientan la educación del acto educativo freiriano al punto de que el principio de  la liberación es considerado como la razón misma de la educación. La acción pedagógica es tomada como “compromiso con el hombre concreto con la causa de su humanización, de su liberación” (FREIRE), como la lucha contra la opresión y la humillación de los grupos socialmente subordinados. La Educação como prática da liberdade (1972), libro que luego fue traducido a varios idiomas, está “en el génesis  y constituía la energía, la ley inmanente de la educación (de) Freire, y va al encuentro del “oprimido”, del ser humano y de la sociedad latinoamericana sometida a la dominación, a la alienación, a la marginalización” (JOSAPHAT).


Mientras la libertad compone el título de algunos de sus libros, el principio de la igualdad es la base de la comprensión de su humanismo como un compromiso radical con el hombre concreto: “No creo en ninguna búsqueda, ni en ninguna lucha a favor de la igualdad de derechos, a favor de la superación de las injusticias, que no se base en el respeto a la vocación de humanización” (Freire, 2002, p. 193). Iguales y diferentes, los seres humanos, al relacionarse con la realidad, dinamizan el mundo, crean cultura y hacen “lo posible para librarse de prejuicios” (FREIRE), reconocen en el otro un ser de derechos, sean derechos sociales y económicos o derechos civiles y políticos.

Los proyectos políticos en disputa en la sociedad brasileña relacionan íntimamente la historia personal de Freire con la historia de los derechos humanos en Brasil. Su obra es al mismo tiempo denuncia de la explotación y esperanza de emancipación de las clases dominadas y de los individuos. La derrota de la experiencia nacionalista lo transformó en un educador del mundo, mientras la lucha contra el arbitrio autoritario movió a los movimientos en defensa de los derechos humanos a ir más allá de la retórica y de las buenas intenciones de las declaraciones internacionales.

Mientras Freire, internacionalmente igualaba el acto de educar al acto de liberar de la opresión, los derechos humanos asumían el compromiso de defender la vida de aquellos que internamente luchaban por la redemocratización.  La amnistía y la redemocratización representaron un nuevo tiempo para los derechos humanos. Las mediaciones de Don Paulo Evaristo Arns y de la Comisión de Justicia y Paz de São Paulo permitieron el regreso a Brasil de los exilados, entre ellos Paulo Freire. A partir de esa nueva coyuntura política, los diálogos sobre democracia y derechos humanos ganaron espacio en la sociedad y en consecuencia, en los diferentes niveles de educación.

Una vez en Brasil, Freire pasó a asesorar a la Red Brasileña de Educación y de Derechos Humanos, habiendo conseguido su apoyo. Como Secretario de Educación de la municipalidad de São Paulo, organizó, conjuntamente con la Red, un seminario sobre derechos humanos. “El proyecto Educar para los Derechos Humanos desarrollado por la Comisión (de Justicia y Paz/SP) fue un gran servicio prestado a la red municipal de enseñanza, servicio que viene siendo dado a quienes sufren injusticia y opresión desde hace veinte años” (FREIRE).

Para la Red Brasileña, educar en derechos humanos significa asumir el primer derecho fundamental, el derecho de ser persona, más allá de los privilegios y de las desigualdades. Educar para los derechos humanos y para la participación ciudadana es por lo tanto, tener conciencia de los propios derechos, entre ellos el derecho a la educación como desarrollo de todas las potencialidades humanas. En el pensamiento de Freire, la educación debe darse para hacer del hombre sujeto de su acción, esto es, convertirlo en un ser capaz de asumir con plenitud su condición de ciudadano, de asumir compromisos y ser responsable de ellos.

La educación para los derechos humanos y para la participación ciudadana, es la lucha por la democracia y por su perfeccionamiento constante. “No es posible actuar a favor de la igualdad, del respeto a los demás, del derecho a la voz, a la participación, a la reinvención del mundo, en un régimen que niegue la libertad de trabajar, de comer, de hablar, de criticar, de leer, de discordar, de ir y venir, la libertad de ser” (FREIRE).

Así, para Freire, la conquista de los derechos humanos y de la democracia, proviene de las embestidas socio-históricas que emprenden constantemente las sociedades. La educación puede ser un agente de la afirmación histórica de los derechos humanos cuando el acto pedagógico se constituye en ejercicio continuo del diálogo entre los educadores y los educandos, mediados por el conocimiento y en búsqueda de ser más y de producir una sociedad esencialmente orientada para la práctica de la democracia.


Autor
Solon Eduardo Annes Viola


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Busca en mis blogs